Dentro de un momento hablaré de lo lejos que hemos llegado en el cumplimiento de la agenda REPowerEU y de lo que nos espera. Pero antes quiero analizar lo que este año dramático ha significado para Ucrania y su sistema energético.
Hace 12 meses, Ucrania era la principal ruta de tránsito de gas hacia la Unión Europea. 40 bcm al año, sobre la base de un acuerdo trilateral concluido en 2019. Disponía de un gran sector eléctrico, sincronizado con Rusia y el sistema Brell, aunque se estaban elaborando planes para una sincronización con la red europea. Ucrania alberga cuatro centrales nucleares, entre ellas la mayor de Europa, y se compromete a trabajar para mejorar la seguridad, con la ayuda de la Unión. Estaba reformando y modernizando su marco regulador de la energía.
Un año más tarde
Desde octubre, el sector energético ucraniano sufre constantes ataques rusos con misiles y drones, el último de los cuales tuvo lugar anoche. Los ucranianos han soportado constantes sacrificios. La mayor central nuclear de Europa, en Zaporizhzhia, está ocupada por fuerzas militares, en violación de todos los convenios internacionales, con grandes riesgos de incidentes nucleares. Técnicos, ingenieros y expertos nucleares se juegan la vida cada día para reparar y sustituir las infraestructuras dañadas.
Una interrupción de esta magnitud podría haber puesto de rodillas a cualquier sistema energético. Pero Ucrania no se ha rendido. Ha resistido la invasión. Y Europa ha estado a su lado en todo momento.
Pudimos sincronizar la red eléctrica ucraniana y moldava en tres semanas, en lugar de los dos años previstos. Introdujimos un fuerte conjunto de sanciones contra Rusia, también en el sector del petróleo y el carbón. Entregamos 1.600 generadores y 1.400 transformadores a Ucrania. Y establecí un fondo específico con la Comunidad de la Energía, que hoy asciende a 180 millones de euros en compromisos.
A medida que avancemos, seguiremos apoyando a Ucrania. Actualmente, estamos trabajando para promover la producción descentralizada de electricidad, con paneles solares fuera de la red. El viernes pasado acogí con satisfacción la oferta de Enel de suministrar a Ucrania paneles solares producidos en Europa. Esto no es más que el principio e invito a todos los Estados miembros y empresas a sumarse a la iniciativa y ayudar a ampliarla. También estoy trabajando con la Entso-E para garantizar que los volúmenes de comercio de electricidad puedan aumentar progresivamente, tanto para las importaciones como para las exportaciones.
Hemos integrado a Ucrania en la plataforma de compra conjunta de gas con vistas a ayudar a garantizar 2.000 millones de metros cúbicos de gas adicional. Estamos trabajando en las reformas del mercado, en el contexto del proceso de adhesión. Y sigo colaborando con el OIEA para insistir en que la ocupación de la central nuclear de Zaporizhzhia es un crimen y un peligro para todos, y que hay que hacer todo lo posible para crear una zona segura.
Quería empezar mi intervención con Ucrania porque no es una historia secundaria. Está en el centro de nuestras acciones REPowerEU.
El embrión de REPowerEU
La invasión de Ucrania vino precedida de una manipulación por parte de Rusia de nuestros mercados del gas, para desestabilizar la Unión y crear incertidumbre. El suministro de gas se ha utilizado como palanca para chantajear y dividir a los Estados miembros, para debilitar la determinación de oponerse a una guerra injusta e ilegal.
Tales acciones dejaron meridianamente claro que la Unión debía poner fin a la enorme dependencia que teníamos de Rusia, construida a lo largo de décadas. Y esto es exactamente lo que nos hemos propuesto hacer con la agenda REPowerEU. Muchos dudaban de que fuera posible. Pero un año después, el cambio en el sistema energético europeo es espectacular. Tomemos como ejemplo la diversificación del gas.
Desde septiembre de 2022, el gas ruso representa alrededor del 8% de todo el gas por gasoducto importado en la UE. Las importaciones de gas por gasoducto procedentes de Rusia ascendieron a 61 bcm el año pasado. El primer proveedor de gas a Europa ya no es Rusia. Es Noruega.
Algunos dudaban de que Europa pudiera recibir alguna vez el GNL necesario para sustituir al gas ruso, debido a las limitaciones de la capacidad física de las terminales de GNL. Pero los hechos dicen otra cosa. En menos de un año se han abierto tres nuevas terminales, y cinco más lo harán a finales de año, con una capacidad total de 50 bcm.
En 2022 recibimos en total 135 bcm de GNL del mercado mundial. De EE.UU., por ejemplo, recibimos 56,4 bcm. Esto supone 34.000 millones de metros cúbicos más que en años anteriores. El aumento del suministro de gas procedente de fuentes distintas de Rusia fue casi un 10% superior al estimado en la Comunicación REPowerEU de marzo.
Nuevas herramientas
En conjunto, la UE eliminó el gas ruso en dos tercios. Hemos respaldado este esfuerzo de diversificación con nuevas herramientas. En tres meses hemos introducido una política común de almacenamiento, gracias al trabajo de esta Comisión y su ponente, el profesor Buzek. Ha funcionado bien. En noviembre del año pasado habíamos llenado el almacén hasta el 95%. Y hoy todavía tenemos en torno al 57% en nuestros inventarios. Esto supone más del doble del nivel de almacenamiento subterráneo del año pasado.
Hemos introducido un marco para una reducción coordinada de la demanda de gas. Todos los Estados miembros se comprometieron a reducir su consumo al menos un 15%. Y así lo hicieron. La demanda se redujo más de un 19% entre agosto y enero de 2023. Esto nos ayudó a ahorrar 42 bcm de gas.
Hemos creado una Plataforma de la Energía para apoyar la diversificación y la compra conjunta. Hemos introducido un mecanismo para corregir los picos de precios en el mercado de gas TTF no justificados por los fundamentos de los mercados globales y propondremos extender el MCM a todos los demás hubs.
Y hemos hecho todo eso sin descarrilar la transición hacia el Green Deal. El año pasado, las emisiones de carbono descendieron en Europa un 2,5%.

