Es interesante el capítulo que trata sobre la disponibilidad de materias primas clave para fabricar e-combustibles, como son el hidrógeno verde y el CO2. En cuanto al CO2, otras industrias manufactureras, como la del cemento, o las unidades de combustión de generación de energía también podrían suministrar el CO2 necesario si estuvieran equipadas con captura de carbono. En cuanto al hidrógeno verde, cualquier nueva inversión en generación de energía renovable podría suministrar electricidad verde para facilitar la producción de hidrógeno verde, siempre que la electricidad renovable se produzca con nueva energía renovable adicional.
En cuanto a la demanda de e-combustibles en la UE-27 en los próximos años, varias partes interesadas han compartido diferentes proyecciones sobre el papel de los e-combustibles en el Sector del transporte a medio (2030) y largo plazo (2050). Según el escenario de la Comisión Europea Un planeta limpio para todos (Comisión Europea, 2018), los e-combustibles y el hidrógeno se desplegarán plenamente y desempeñarán un papel clave en la descarbonización del Sector del transporte, suministrando entre el 15% y el 50% de las necesidades energéticas del Sector en 2050. Esta estimación considera la demanda de energía para el Transporte prevista por la Comisión Europea en torno a 350 Mtep anuales para 2030-2050. El escenario MIX más reciente del paquete de políticas Fit for 55 a partir de 2021 prevé que la demanda energética del Sector del transporte sea de 310 Mtep en 2030.
Disparidad de criterios
Por otro lado, Concawe (2020) indica que existe una gran variabilidad en las proyecciones de las distintas fuentes revisadas sobre la demanda potencial de e-combustibles en Europa, en particular para 2050. No se espera que los e-combustibles desempeñen un papel significativo en el Sector del transporte a corto plazo (2030), según la mayoría de las fuentes revisadas. Sin embargo, las estimaciones de la demanda de e-combustibles para 2050 oscilan entre las referencias más conservadoras que sugieren que será del orden de <50 Mtep/año y las referencias más optimistas que sugieren que podría alcanzar los 300-380 Mtep/año. Por lo tanto, en comparación con las demandas de transporte de la UE previstas para 2030 y para 2050, la mayoría de las referencias consultadas por Concawe prevén que la contribución potencial de los e-combustibles sea inferior al 15% para 2030, e inferior al 30% de la demanda de transporte prevista para 2050 (Concawe, 2019). No obstante, estos escenarios dependen de la capacidad de reducir los costes de producción actuales y requerirían un aumento significativo de la infraestructura de electricidad renovable.
Los escenarios presentados en Un planeta limpio para todos (Comisión Europea, 2018) predicen un papel para los e-combustibles en todos los modos de transporte y otros sectores. Sin embargo, otras fuentes de información consideran que el papel previsto de los e-combustibles en el Transporte para 2050 depende del modo de transporte y de sus opciones de electrificación, como se indica a continuación:
– Está ampliamente aceptado que los e-combustibles desempeñarán un papel importante en sectores en los que las alternativas técnicamente viables y rentables son limitadas, como el marítimo y la aviación.
– Existe una gran variabilidad en la demanda prevista de e-combustible en otros sectores del transporte en los que existen alternativas de electrificación, como los vehículos de pasajeros y el transporte pesado.

