Para ello, Flixbus incorpora a Miguel Ángel Uriondo como responsable de Comunicación y Asuntos Públicos, un área que tiene por delante un duro trabajo, en el caso de que el operador pueda comenzar a cubrir trayectos nacionales en el corto/medio plazo.
Uriondo llega a Flixbus para aportar su amplia experiencia en el sector de la comunicación y los transportes. No en vano, entre sus últimas responsabilidades se encuentran la de asesor del Mitma en la materia (desde julio de 2021 hasta hace apenas dos meses), la de director del Gabinete de Presidencia de Adif (el año anterior), o la de director de Comunicación de Globalia (entre 2019 y 2020), aunque también ha formado parte del Consejo de Renfe y del de Puertos del Estado.
Presentación personal
En un blog personal, el propio Uriondo explica con detalle la dimensión de la compañía, «que opera en 40 países con más de 5.500 destinos, más de 400.000 conexiones diarias, más de 5.000 empleados, más de 500 empresas socias y 4.000 FlixBuses», y se posiciona claramente en contra de un modelo concesional que califica como «completamente roto, en el que los españoles pagamos mucho más que en casi toda Europa. Según datos recogidos por la CNMC, las tarifas/km en España son un 12%, 17%, 23%, 23% y 36% superiores a las tarifas de Reino Unido, Suecia, Alemania, Francia e Italia, respectivamente».
También considera que «las tarifas son poco competitivas incluso si las comparas con el tren», añadiendo que «los precios importan. Importan mucho. Es importante que sean bajos porque el autobús se dirige normalmente a colectivos de trabajadores, para los que la tarifa es fundamental, o para estudiantes dispuestos a llegar más tarde si pueden llegar más barato».
Alsa y Confebus tampoco salen demasiado bien paradas en esta ‘presentación’ de Uriondo, al contrario que el nuevo mapa concesional que diseña el Mitma, sobre el que afirma que va «en la buena dirección», aunque espera que mejore permitiendo «que los operadores que realizan viajes internacionales, como FlixBus, puedan coger y dejar pasajeros en las paradas intermedias, algo a lo que se denomina cabotaje y que permite mejorar los niveles de ocupación y reducir así las emisiones por pasajero», o la «creación sin fricción de nuevas líneas liberalizadas en corredores que actualmente no están servidos por el sistema concesional».

