Las organizaciones consultadas para el estudio ven el hidrógeno bajo en carbono como un vector importante para afrontar la transición energética, dado que la crisis energética mundial iniciada por la pandemia de Covid-19, amplificada por las actuales tensiones geopolíticas, ha reforzado los argumentos a favor del hidrógeno bajo en carbono.
Gobiernos y organizaciones de todas las regiones buscan reducir la dependencia de los combustibles fósiles, así como avanzar hacia la descarbonización y mejorar la seguridad energética:
El 61% de las organizaciones de energía y servicios públicos creen que la crisis actual ha llevado a las naciones a reconsiderar sus combinaciones energéticas, mientras que casi dos tercios (62%) creen que el hidrógeno bajo en carbono puede ayudar a los países a reducir la dependencia de los combustibles fósiles y promoverla independencia energética.
Para un 15%
El uso del hidrógeno permitiría descarbonizar alrededor del 15% de la economía que no es apta para el uso directo de la electricidad. Las investigaciones sugieren que 86 millones de toneladas métricas (MMt) de emisiones de CO2 anuales podrían ser evitadas en la UE, la EFTA y el Reino Unido mediante el uso de este tipo de hidrógeno en industrias como la siderúrgica, química, de fertilizantes o el refino de petróleo.
La mayoría de las organizaciones también creen que el hidrógeno bajo en carbono contribuirá a largo plazo a la consecución de los objetivos de emisiones y sostenibilidad. Ann Rosenberg, cofundadora de SDG Ambition en Naciones Unidas, afirma que «la situación actual ha acentuado la urgencia de desarrollar nuevas tecnologías energéticas, y soy optimista respecto al creciente interés por el hidrógeno como posible solución. Aunque aún está en sus primeras fases, creo que el hidrógeno tiene el potencial de ser una de las tecnologías renovables más maduras, capaz de acelerar la transición hacia la energía sostenible».
Por otro lado, se constata que el 62% de las organizaciones de usuarios finales están considerando el hidrógeno bajo en carbono para sustituir los sistemas que hacen un uso intensivo del carbono, lo que se suma al hecho de que casi tres de cada cuatro organizaciones del sector químico y de fertilizantes, así como el sector del transporte marítimo están haciendo lo mismo. Por último, el 63% de las organizaciones de E&U coinciden en que el hidrógeno es una de las soluciones clave a largo plazo para descarbonizar las economías.
Wulf-Peter Schmidt, director de Sostenibilidad, Regulación Avanzada y Conformidad de Producto de Ford, asegura al respecto que «estamos considerando el uso de hidrógeno bajo en carbono (hidrógeno verde) en nuestra logística y cadena de suministro. Por ejemplo, una condición fundamental para un acero con emisiones cercanas a cero es el hidrógeno verde. Pero también, en general, el hidrógeno verde es clave para garantizar la neutralidad de carbono en todas las industrias, y para ello estamos trabajando estrechamente con diferentes socios y con la industria. Y nos hemos comprometido a formar parte de la Coalición First Mover».

