Queda claro en el informe que «para que la transición energética tenga éxito es necesario acometer otro reto acuciante: la intermitencia de las fuentes de energía renovables«. Esta afirmación nace del resultado de la encuesta que da pie al estudio, en la que el 71% de las organizaciones de E&U creen que el hidrógeno es un método viable de almacenamiento de energía de fuentes renovables intermitentes, como la solar y la eólica».
Con sede en Francia, la compañía HDF Energy está evaluando nuevos modelos en este ámbito. Así, su director para Asia, Mathieu Geze, afirma que «con nuestras centrales Renewstable, combinamos energía renovable, hidrógeno y baterías para suministrar algo no intermitente a la a la red. Estas centrales se componen de una fuente renovable intermitente y una fuente de hidrógeno in situ a largo plazo. Lo bueno de estos proyectos es que no vendemos hidrógeno: vendemos kilovatios/hora. El hidrógeno sólo se utiliza para almacenar electricidad«.
En otras latitudes, Southern California Gas Company (SoCalGas) colabora con varios socios para crear una innovadora forma de almacenamiento de hidrógeno ecológico para su campus de Colorado. El electrolizador in situ utilizará fuentes renovables y producirá hidrógeno verde que se almacenará en pilas de combustible para producir electricidad renovable a demanda.
Coste y eficiencia
Por otro lado, las organizaciones están tratando de encontrar soluciones a los retos relacionados con el coste y la eficiencia de la conversión de energía en gas y electricidad (P2G2P).
«La producción mundial de hidrógeno se sitúa en torno a los 75 millones de toneladas (Mt) de H2/año como hidrógeno puro y otros 45 Mt de H2/año como parte de una mezcla de gases«, lo que equivale al «3% de la demanda mundial de energía final».
La cuota del hidrógeno bajo en carbono en el consumo total de final (TFEC) fue inferior al 0,1% en 2020, aunque la Agencia Internacional de Energías Renovables sugiere que podría contribuir hasta el 12% del consumo final de energía en 2050. Más aún, por término medio, los encuestados esperan que el hidrógeno bajo en carbono cubra el 18% del TFEC en 2050.
Del total de hidrógeno producido actualmente, el 76 % procede del gas natural y el 23% del carbón. Por tanto, el porcentaje de hidrógeno bajo en carbono es inferior al 1% del mix total de hidrógeno, pero se espera que aumente con el apoyo de los gobiernos y la reducción de los costes de producción.

