Por otro lado, el negocio de alquiler y leasing supone aproximadamente el 15% del mercado total y representa partes de todos los demás subsegmentos en forma de alquiler de vehículos a clientes finales. Se espera que su ritmo acelere respecto a la media del mercado, impulsado principalmente por el crecimiento en CEP y logística, así como por los clientes que alquilan en lugar de invertir totalmente en vehículos industriales ligeros.
Tres segmentos ‘atractivos’
Los 10 segmentos del mercado pueden agruparse en tres grupos distintos en función de sus necesidades y áreas de interés. Aunque no son totalmente homogéneos, cada grupo tiene un conjunto general de consideraciones que los operadores tradicionales deben tener en cuenta.

En primer lugar, el grupo de alta autonomía, que incluye los vehículos ‘recreativos’, requiere una mayor capacidad de las baterías para cubrir distancias significativas y tener en cuenta la carga variable del vehículo. Los clientes exigen autonomías elevadas para viajar con flexibilidad y para «desconectarse de la red» al aire libre, por ejemplo, para obtener electricidad de la batería del vehículo. Además, estos vehículos suelen integrar habitáculos diseñados para las necesidades diarias (por ejemplo, cocina y necesidades sanitarias), así como equipamiento especial o de lujo, todo lo cual conlleva un peso extra. Este aumento de la carga útil podría suponer un reto para los fabricantes de equipos originales, ya que la mayoría de los países europeos vinculan los permisos de conducción al peso total del vehículo. Por ejemplo, algunos permisos sólo permiten conducir vehículos que pesen hasta 3,5 toneladas, lo que impone un límite máximo al tamaño posible de la batería.
En segundo lugar, el grupo de servicios especiales combina necesidades de gama moderada con especificaciones distintas. Por ejemplo, las empresas de construcción suelen necesitar vehículos que puedan soportar cargas pesadas, mientras que los vehículos de servicios o municipales, como las ambulancias, requieren ajustes a medida sobre los vehículos de serie, lo que exige importantes inversiones en equipamiento.
En tercer lugar, el grupo de costes se centra sobre todo en el coste total de propiedad, debido a los bajos márgenes comerciales de los grandes volúmenes de carga. Los mercados de este segmento incluyen el comercio y la alimentación electrónica, así como el CEP y la logística. Una preocupación clave para este segmento son las aplicaciones de última milla, en las que los clientes necesitan maximizar el uso del vehículo y la carga en distancias de entrega cortas. En algunas circunstancias, las empresas de este segmento también se han comprometido con objetivos de reducción de CO2 (especialmente en las grandes ciudades) que pueden exigirles conducir sin emisiones, lo que sólo es posible con los VE.

