Polonia es ahora uno de los mercados europeos preferidos para invertir en la fabricación de bombas de calor y baterías. Los tejados polacos se están cubriendo de paneles solares más rápido que en ningún otro lugar de Europa. Esto quedó especialmente claro durante la crisis energética, cuando los precios de todos los combustibles fósiles, incluso el carbón, se descontrolaron. Polonia es también el mayor exportador europeo de autobuses eléctricos y puede cosechar muchos más beneficios de la transición a la movilidad limpia.
Pero hay otro sector en el que Polonia puede destacar y en el que necesitaríamos que desempeñara un papel más destacado en Europa Central y Oriental. Se trata del hidrógeno renovable.
Iniciativas propias
El despliegue del hidrógeno en países como Polonia tendrá sus especificidades. Cuando se produzca la transición del carbón a las energías renovables, sin grandes inversiones previas en gas, no habrá grandes infraestructuras de gas que adaptar.
Por eso esta región tiene que inventar sus propios modelos para el desarrollo de una economía del hidrógeno.
Espero que Polonia, con su base de conocimientos de ingeniería, con sus industrias química y de fertilizantes, con su tradición siderúrgica y con el poder de convocatoria regional, pueda convertirse en líder del hidrógeno renovable y bajo en carbono en Europa Central y Oriental.
Hay muchas oportunidades para invertir en las próximas tres décadas. Nuestro papel como responsables políticos es crear el marco de apoyo necesario. Hay muchos recursos disponibles a través del Mecanismo de Recuperación y el Fondo Europeo de Cohesión. También estamos mejorando la capacidad de Europa para atraer a la comunidad mundial de inversores.
En marcha el Banco Europeo
El mes pasado pusimos en marcha el Banco Europeo del Hidrógeno, que apoyará la producción de hidrógeno renovable mediante primas fijas por kilogramo de hidrógeno producido. Los proyectos que podrán optar a esta prima se seleccionarán mediante subastas competitivas a escala europea. El Banco se financiará con cargo al Fondo de Innovación, que se basa en los ingresos del Régimen Comunitario de Comercio de Derechos de Emisión.
No hay mejor manera de utilizar los ingresos de los derechos de emisión que reinvertirlos en la transición hacia una energía limpia. La gran mayoría de estos ingresos van directamente a los gobiernos nacionales. Sin embargo, animamos a los Estados miembros a reunir más de estos recursos para apoyar las inversiones en hidrógeno.
La primera subasta del Banco del Hidrógeno se pondrá en marcha este otoño. Espero que participen muchos proyectos de hidrógeno en Polonia. Su participación es realmente importante. Para que la industria europea pueda competir a nivel mundial necesitamos desarrollar un mercado del hidrógeno competitivo en casa, en Europa. Y necesitamos que los promotores de proyectos piensen de forma creativa y sigan innovando, para que los europeos de todo el mundo puedan aprovechar al máximo el hidrógeno.
Transición justa
Y también espero que en su región la economía del hidrógeno avance de la mano de la Transición Justa. Esa Transición Justa es quizá mi prioridad más importante en el marco del Pacto Verde Europeo. Las nuevas inversiones en tecnologías limpias, incluido el hidrógeno, tienen que beneficiar también a las comunidades, regiones y trabajadores que hoy dependen de los ingresos de las industrias de combustibles fósiles.
Por eso me anima mucho que la primera inversión en electrolizadores en Polonia se haga en Konin, una de las regiones mineras de lignito polacas, y que se financie parcialmente a través del Fondo de Innovación.
Los proyectos de hidrógeno ofrecerán nuevas oportunidades en lugares donde las comunidades decidieron pasar página de los combustibles fósiles. Así que espero que proyectos como el de Wielkopolska sirvan de inspiración a otras regiones de Polonia para impulsar también el hidrógeno».

