Es el caso del que, desde hace unos meses, conforman el fabricante chino y el carrocero gallego.
¿Qué gana cada uno? El fabricante chino es un gigante de la electrificación a nivel mundial. No solo en lo relacionado con los vehículos industriales (cuenta con más de 90.000 autobuses eléctricos matriculados en todo el mundo, pero también camiones, furgonetas y carretillas elevadoras), sino que también compite en el mercado de los turismos (reciente aterrizaje en nuestro país con tres modelos).
Y, lo que es igual de importante, fabrica sus propias baterias. Un negocio floreciente en el que atesora una inmensa experiencia.
BYD ya cuenta con vehículos eléctricos integrales propios, pero se fabrican en China, o en Hungría, pero con componentes procedentes de la central. Su afán es ‘europeizar’ ese producto, lo que le permitiría incrementar sus posibilidades de éxito en determinados concursos que puntuan esa producción ‘local’.
Y en ello están. El acuerdo con Castrosua es continuación del éxito logrado en Reino Unido con Alexander Dennis, y no será el último que tenga Galicia como sede… Muy pronto habrá noticias al respecto.
¿Y Castrosua?
Pues encuentra un socio global para impulsar su Nelec. Una carrocería urbana eléctrica que supuso todo un hito en su historia, un punto de inflexión en el concepto y en el modelo de producción, que las circunstancias del mercado no han permitido que evolucionara como se esperaba.
Ahora, se integra en el chasis de BYD, de probada solvencia, para competir en España como producto preferente por parte de ambas entidades, ofertado con prioridad pero sin exclusividad, si las circunstancias así lo demandan.
Por lo que dejaron entrever las dos partes durante el evento del pasado lunes, el eléctrico de 12 metros no será su última colaboración, ni se circunscribirá al mercado nacional, lo que augura un recorrido más duradero en este matrimonio.
Lo dicho, una relación ‘win-win’ de manual.

