Por ejemplo, se indica que «existen unos 2.500 operadores de autocares, el 81% de los cuales son de propiedad familiar o individual. En conjunto, estas empresas proporcionan 42.000 puestos de trabajo en todo el país».
Por otro lado, se constata que «viajar en autocar es seis veces más seguro que hacerlo en coche«, sin olvidar que «los autocares hacen viable el trabajo en zonas o durante horas mal comunicadas por ferrocarril, puesto que funciona 24 horas al día, siete días a la semana y puede adaptarse a los turnos de trabajo de industrias como aeropuertos y aerolíneas».
Cuestiones económicas
La CPT afirma que «el autocar puede ser entre dos y tres veces más barato que el ferrocarril» y clave para el turismo: «Antes de la pandemia, los británicos realizaban unos 500 millones de viajes en autocar en el Reino Unido cada año. De los 6,3 millones de personas que hicieron un viaje en autocar en 2019, el 40% tenía 55 años o más».
Por otro lado, «en 2019 hubo 23 millones de visitas a atracciones y lugares turísticos en autocar, que aportaron 14.000 millones de libras a la economía del Reino Unido», y una buena solución dado que «el 46% se declara nervioso por conducir en Gran Bretaña» (por el lado contrario).
Solo el 3% de las emisiones de dióxido de carbono proceden de autobuses y autocares
Es importante recordar, a juicio de la entidad, que «los autocares se encargan de que los niños vayan a la escuela, transportando cada día a unos 600.000 escolares«. A esta cifra se suma la de que «unos 560.000 estudiantes realizaban cada año un viaje en el extranjero» antes de la pandemia, y que «muchos miles de alumnos más realizan excursiones de un día».
«El 89% de los centros considera que las residencias escolares son muy importantes para los alumnos y para el propio centro».
Medio ambiente
«La necesidad de abordar la calidad del aire y la emergencia climática se ha elevado al primer plano de la conciencia pública y política», y en este sentido, «un solo autocar lleno de gente puede evitar que 50 coches circulen por las carreteras». Sus emisiones medias de CO2 por pasajero y trayecto «son 1,5 veces inferiores a las del ferrocarril, cinco veces inferiores a las del avión y seis veces inferiores a las del coche».
El cálculo aportado indica que «sólo un aumento del 15% de los viajes en autocar de los británicos al año supondría un ahorro de más de un cuarto de millón de toneladas de dióxido de carbono y una significativa reducción de la congestión».
Costes
«El coste de los autocares de emisiones ultrabajas y cero es actualmente un 75% superior al de los últimos vehículos diésel Euro VI. Se calcula que un punto de recarga eléctrica costaría entre 20.000 y 35.000 libras, más los costes de infraestructura asociados que varían en función del emplazamiento».

