Dice el autor, continuando con su exposición que iniciábamos ayer, que las zonas francas se están utilizando para fomentar la deslocalización en Occidente. Fueron especialmente relevantes en Estados Unidos cuando, una vez superada la Gran Depresión de 1934, 197 zonas francas empleaban a más de 480.000 personas.
En 2021, el valor de las mercancías importadas en las zonas francas aumentó un tercio, hasta 836.000 millones de dólares. 466.000 millones de este total se destinaron a operaciones de producción y el resto a almacenamiento o distribución.
Los insumos nacionales en las zonas francas aumentaron a un ritmo mayor y la proporción total de componentes estadounidenses utilizados en productos ensamblados se incrementó del 74% al 77% (FTZB, 2022).
Las zonas francas se han convertido en centros de fabricación eficientes desde el punto de vista fiscal, que permiten combinar productos intermedios importados con componentes de producción nacional para beneficiarse de aranceles más bajos.
Esto cobró especial importancia durante la congestión portuaria de la costa oeste, cuando los importadores se vieron obligados a aumentar sus existencias para garantizar un suministro constante de productos a los consumidores estadounidenses. Esto significaría importantes problemas de flujo de caja, especialmente a la luz de los aranceles de «remedio comercial» de Trump/Biden, si estos aranceles tuvieran que pagarse por adelantado antes de que los bienes se vendieran.
El caso británico
El Reino Unido ha sido el último país en establecer zonas francas (Freeports como se les ha apodado debido a su ubicación costera). Sus defensores creen que atraerán inversiones muy necesarias, utilizando la capacidad sobrante en muchos de los puertos del Reino Unido, especialmente los situados cerca de centros de fabricación, como el de Nissan en Sunderland.
Los críticos creen que no serán tan eficaces como las de EE.UU. debido a los menores aranceles que impone el Reino Unido. Otros creen que se limitarán a redistribuir la capacidad de producción existente en el Reino Unido, en lugar de estimular el crecimiento. Si este es el caso (y uno de los objetivos del Gobierno es ayudar a las zonas más desfavorecidas del país, donde se ubican muchos de los puertos francos), esto tendrá el efecto de desplazar las cadenas de suministro del sudeste a otras partes del país, lo que conllevará implicaciones para los requisitos logísticos.

