Los camiones eléctricos superarán a los autobuses eléctricos no tardando mucho, en términos de volumen, pero los firmantes desean cuantificar cuál será el impacto de los camiones y autobuses electrificados en la evolución del combustible y los lubricantes.
A medida que el mercado se electrifique, el uso total de combustible se reducirá considerablemente. Los vehículos eléctricos utilizarán combustibles líquidos indirectamente (utilizados en la producción de electricidad), pero sólo para una minoría muy pequeña de la energía.
Por eso, Fox y Hayfield entienden que hay un mayor uso de lubricantes en los vehículos convencionales debido al elevado uso en el motor y a un mayor número de piezas móviles en un vehículo de combustión. Los vehículos eléctricos seguirán utilizando lubricantes, pero en menor cantidad debido a la naturaleza de las piezas, su menor número y, probablemente, a la mayor durabilidad de las máquinas eléctricas frente a las de combustión.
Desarrollos específicos
Tampoco descartan la posibilidad de que se necesiten lubricantes especiales para la transmisión de los eléctricos. Shell ha diseñado una nueva línea de «E-Fluids and E-Greases» específica para vehículos eléctricos que, según afirma, puede cubrir muchos tipos de vehículos eléctricos. Otros, como por ejemplo Nye Lubricants, se centran en este ámbito.
Y, sin embargo, también es cierto que la transición a los vehículos eléctricos no es rápida, por lo que pueden necesitarse lubricantes en piezas comunes a ambos tipos de vehículos. Además, la población y la economía mundiales seguirán creciendo, lo que hará que el número total de vehículos aumente ligeramente. También hay algunos sectores, como los autobuses y camiones de largo recorrido y la maquinaria off-road, en los que las ventas de vehículos eléctricos pueden seguir siendo bastante bajas incluso en 2030. Por lo tanto, parece razonable como estimación inicial suponer que el volumen total y los ingresos de las ventas de lubricantes en 2030 deberían mantenerse similares a los de 2023.

