( ) En la Asamblea General del año pasado, os dije que todavía no habíamos llegado al final del camino, que quedaba un largo viaje para que el Sector adquiriera su mejor posición. Las previsiones eran positivas y parecía que íbamos saliendo del túnel. Pues bien, un año después puedo afirmar que, aunque la recuperación tardó en iniciarse, hoy ya prácticamente todas las especialidades que abarcan nuestra actividad se sitúan en niveles prepandemia.
En términos de pasajeros, en el primer trimestre de 2023 hemos superado los datos de años anteriores, incluidos los correspondientes a 2019, y hemos vivido un aumento de más del 20% con respecto a 2022. Incluso en términos comparativos, el autobús se mantiene como el medio de transporte preferido por la ciudadanía para los desplazamientos interurbanos. Si bien nuestro Sector tiene la demanda en cierta manera condicionada por las medidas que se han puesto en marcha para estimular el uso del transporte público y hacer frente a los efectos de la guerra por la invasión de Ucrania y la crisis inflacionista, estas cifras muestran la potencia y el vigor del autobús como medio de transporte fiable y confiable.
Podemos afirmar que esta ha sido la legislatura del transporte público, por todas las medidas puestas en marcha para su promoción. Se ha marcado un antes y un después en el impulso y apoyo al transporte público, cuyos efectos están siendo muy positivos. Por un lado, se ayuda a las personas en el uso del transporte público, con las políticas de descuentos, pero también se contribuye a la reducción de las externalidades negativas, como la reducción de las emisiones, el ruido, la congestión o la siniestralidad vial.
Prorrogar las ayudas al gasóleo
Aquí quiero hacer hincapié en la necesidad de prorrogar las bonificaciones. En un contexto de aumento del precio del carburante y de la cesta de la compra en general, provocado por el conflicto bélico, ha sido una medida que ha facilitado la movilidad de muchas personas para llegar a su trabajo o su centro educativo, o para disfrutar de su tiempo libre. Esta política ha tenido un impacto muy positivo en la sociedad y ha servido para fomentar el uso de transporte público, uno de los objetivos principales de cualquier estrategia de movilidad sostenible. Incluso, se han modificado los patrones de movilidad existentes hasta ahora, porque se está utilizando el transporte público más que nunca, también para realizar los desplazamientos por motivos de ocio. Por todas estas razones, solicitamos al Gobierno, como ya hemos hecho a través de diversos canales, que mantenga estas bonificaciones por lo menos hasta final de año y que presupuestariamente se conviertan en estructurales como líneas de fomento de la movilidad sostenible.
También, invitamos a las entidades locales y comunidades autónomas a que sigan complementándola como han hecho hasta ahora.
‘Si le va bien al sector turístico español, también le va bien al autobús’
Estamos a las puertas de un verano con muy buenas perspectivas para el turismo en general y para nuestro Sector en particular. El autobús es el medio de transporte que más turistas mueve en España, a través de la intermodalidad existente en aeropuertos, estaciones de ferrocarril y puertos. Contamos con el 46% (¡casi la mitad!) de la cuota modal en este sentido. El transporte turístico en autobús mueve alrededor de 220 millones de turistas al año y genera al sector una facturación de unos 1.300 millones de euros. Estos datos nos llevan a concluir que, si le va bien al sector turístico español, también le va bien al autobús.
Además, estimamos que la buena acogida que está teniendo entre los jóvenes de 18 a 30 años los descuentos impulsados por el Gobierno de hasta el 90% en los billetes de autobús para este verano, puede ser la guinda para lograr un verano récord para nuestro sector en cuanto a movimiento de personas. Pero a la vez, supone un gran reto para nuestra industria porque muchos de los viajeros nos van a probar por primera vez y debemos estar a la altura para dar el mejor servicio, para que vuelvan y hablen bien de nosotros.
No obstante, reclamamos una mayor agilidad a la hora de compensar a las empresas prestadoras de los distintos servicios bonificados, ya que la demora en los pagos de las bonificaciones está generando importantes tensiones de tesorería. Lo subrayo porque muchas de nuestras empresas aún se están recuperando de los tiempos más complicados de la pandemia: deuda acumulada, incremento de costes, presión fiscal, etc.
Durante los momentos más duros de este episodio, nuestro empeño fue trabajar, a través de un diálogo constante y leal con las Administraciones, para asegurar la movilidad de las personas y la viabilidad de las empresas de nuestro Sector. Por este motivo, ahora les pedimos a las Administraciones un mayor dinamismo para que las empresas reciban las compensaciones por las bonificaciones realizadas, porque no es conveniente sumar problemas financieros a la delicada situación todavía de algunas de ellas. Cuanto mejor sea la salud financiera de las empresas del Sector, más robustas estarán para acometer los retos de la descarbonización y la digitalización que tienen por delante.

