A medida que el mundo busca alternativas sostenibles a las fuentes de energía tradicionales, es crucial comprender los conceptos de energía limpia y renovable. Descubramos los beneficios de fuentes de energía limpia como la solar o la eólica. También echaremos un vistazo a los principales combustibles de energía limpia, como el hidrógeno y el gas natural renovable (GNR), y al compromiso de Cummins Inc. de impulsar la innovación en el espacio de la energía limpia.
Diferencias entre energía limpia y renovable
La energía limpia es un tipo de energía que puede producirse sin causar emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). La energía renovable procede de recursos inagotables que se reponen de forma natural. Por ejemplo, la energía nuclear puede considerarse energía limpia. No emite GEI, pero no es renovable porque depende de la fisión del uranio, que es un recurso finito. La energía de la biomasa, en cambio, es una energía renovable porque puede obtenerse a partir de cultivos y árboles que pueden crecer según las necesidades. Los biocombustibles se consideran más limpios que los combustibles fósiles, aunque su combustión libera GEI y otros contaminantes. Esto se debe a que la misma cantidad de CO2 capturada durante la fotosíntesis se libera cuando se quema.
Beneficios y principales fuentes
Diversos recursos renovables pueden proporcionar energía limpia. Dependiendo de dónde te encuentres, ciertos recursos pueden ser más abundantes, y producir energía limpia a partir de ellos puede ser rentable. Los climas cálidos y secos, donde abundan los terrenos abiertos, son ideales para la energía solar. El suroeste de Estados Unidos, por ejemplo, tiene una de las mejores irradiaciones solares del mundo. Como consecuencia, está experimentando un rápido desarrollo solar. Países como Dinamarca y los Países Bajos no tienen el mismo clima soleado. Sin embargo, tienen acceso al mar, donde se han construido grandes parques eólicos marinos para aprovechar la fuerza del viento. Una sola turbina eólica marina de 15 megavatios puede producir energía suficiente para abastecer a una pequeña ciudad. Otras de las principales fuentes de energía limpia son la energía nuclear, la hidroeléctrica y la geotérmica.
Combustibles limpios
La energía del hidrógeno desempeñará un papel clave en el futuro panorama energético. El hidrógeno puede producirse de forma renovable mediante la electrólisis del agua utilizando energías renovables. El hidrógeno posee una alta densidad energética, lo que lo convierte en una alternativa viable a los combustibles fósiles para la combustión. Al igual que el gas natural, podemos transportar el hidrógeno por tuberías a largas distancias. Al convertirlo en amoníaco líquido, también podemos enviar hidrógeno a ultramar utilizando buques cisterna. Sin embargo, el establecimiento de una economía del hidrógeno plantea algunos retos. Por ejemplo, reducir el coste de producción del hidrógeno y ampliar los sistemas de almacenamiento y distribución.
Cummins es líder mundial en la fabricación de pilas de combustible de hidrógeno y motores de combustión interna de hidrógeno. La variante de hidrógeno del popular B6.7 es potente, fiable y puede utilizarse con las arquitecturas de cadena cinemática existentes. Cummins también está desarrollando motores de combustión interna de hidrógeno de mayor cilindrada para el mercado de camiones pesados, como el X15H.
El gas natural renovable (GNR) es otro combustible que puede ser bajo en carbono o neutro en carbono. Se produce a partir de residuos orgánicos como estiércol, restos de comida o aguas residuales. El GNR puede sustituir al gas natural en numerosas aplicaciones. Entre ellas se encuentran los vehículos de motor, la calefacción doméstica y los procesos industriales.
Comparación de emisiones
El gasóleo es el combustible más utilizado en camiones y otros vehículos pesados. En estas aplicaciones, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero significa encontrar alternativas al gasóleo bajas en carbono. No existe una única tecnología alternativa que sea ideal en todos los casos. En su lugar, han surgido diversas soluciones. Las empresas y los consumidores pueden elegir la que mejor se adapte a sus necesidades y circunstancias.
Los biocombustibles similares al gasóleo, como el biodiésel, pueden ayudar a las empresas a reducir las emisiones netas de CO₂ y otras emisiones contaminantes sin inversiones iniciales. El biodiésel se obtiene esterificando grasas, como el aceite vegetal o el aceite de cocina usado, y suele mezclarse con gasóleo. El B20, una mezcla habitual con un 20% de biodiésel, equilibra el coste y las emisiones y puede utilizarse en la mayoría de los motores sin modificaciones.
El gasóleo renovable, también conocido como aceite vegetal hidrotratado (HVO), es otra opción. El gasóleo renovable suele ser intercambiable con el gasóleo normal, pero puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 60% y un 85%, según el método de producción.
Las empresas cuyos vehículos operan principalmente dentro de los límites de la ciudad, como las empresas de recogida de basuras y las de reparto, pueden reducir sus emisiones de GEI hasta un 13-18% si cambian a vehículos de gas natural. Cuando estos vehículos funcionan con GNR en lugar de gas natural comprimido (GNC), las emisiones pueden ser incluso neutras o negativas. El gas natural suele ser más barato que el gasóleo, por lo que el cambio a vehículos de gas natural también puede suponer un ahorro significativo con el tiempo.

