Se entiende que, en ese caso, debería abarcar toda la cadena de valor para incluir financiación, construcción y gestión propias de las plantas de almacenamiento, comercialización y distribución de moléculas, así como el desarrollo de infraestructuras que sirvan directamente a los propietarios y a terceros en régimen de peaje. Esto permitiría a los grandes operadores obtener beneficios de escala con una posición competitiva.
Con la creciente demanda de fuentes de energía más limpias, el hidrógeno con bajas emisiones de carbono puede implicar un impacto significativo en la combinación energética total. Esto también puede conducir a una mayor reducción de los costes de producción energética.
Pierre-Etienne Franc, consejero delegado de Hy24, una empresa conjunta de los gestores de activos Ardian SAS y Hy24, considera que no se puede pasar de 10 MW a un gigavatio así como así. Primero hay que construir instalaciones 10 veces mayores que los proyectos piloto que funcionan en Europa. Éstas proporcionarán los conocimientos operativos y la capacidad de fabricación de electrolizadores necesaria para pasar al siguiente nivel.
Conclusiones
El hidrógeno bajo en carbono está emergiendo como una de las herramientas más prometedoras para la reducción de emisiones y es reconocido mundialmente como un facilitador crucial para lograr un futuro más ecológico. Aunque el potencial varía por sectores y regiones, la proporción de hidrógeno renovable y nuclear en el total de hidrógeno producido se espera que crezca exponencialmente.
Las organizaciones están trabajando para reforzar la cadena de suministro de hidrógeno bajo en carbono invirtiendo en toda la cadena de valor. Los usuarios finales en sectores difíciles de descarbonizar también están dispuestos a explorar el potencial del hidrógeno bajo en carbono.
A pesar del amplio apoyo y de la sólida cartera de proyectos, existen barreras considerables para hacer realidad las visiones ambiciosas. Los requisitos normativos, los retos comerciales, las barreras de ingeniería, así como de seguridad y cualificación.
La complejidad asociada al desarrollo de proyectos de hidrógeno bajo en carbono a escala industrial se podría disminuir:
– evaluando nuevos modelos de negocio desde el punto de vista de la sostenibilidad y del coste total de propiedad y asegurando la demanda;
– tecnologías como los gemelos digitales, la IA y la analítica para resolver retos de ingeniería y costes;
– identificar sinergias y oportunidades de colaboración en toda la cadena de valor.

