Sin duda, supone un desafío, ya que en situaciones de perturbación, especialmente de perturbación masiva, las respuestas de los operadores y/o las autoridades competentes diseñadas para proporcionar un nivel de resistencia o un servicio mínimo pueden no prever adecuadamente las necesidades de los distintos usuarios.
Veamos algunos ejemplos:
–Los viajes asistidos para personas con discapacidad y personas con movilidad reducida (PMR) dejaron de estar disponibles en algunos casos durante la pandemia Covid-19, lo que significó que las PMR que normalmente utilizarían dichos servicios ya no pudieron viajar de forma independiente.
-Los jóvenes y niños afectados por la interrupción pueden no tener la capacidad de completar su viaje de forma independiente (por ejemplo, en taxi) y solicitar el reembolso a los operadores en una fecha posterior. Cuando es necesario pernoctar, la política de los hoteles no suele permitir la estancia de menores no acompañados.
Recomendaciones
Entre las posibles soluciones que podrían llegar a adoptarse, se propone la de revisar los planes de contingencia para dotar al sistema de transporte de una capacidad de recuperación que tenga en cuenta las necesidades de los distintos usuarios, unos planes de contingencia que incluyan un desglose de cómo se satisfarán las necesidades de los diferentes usuarios durante las interrupciones, implicando a todos los elementos/partes interesadas de la cadena de valor del transporte.
Este cometido podrían llevarlo a cabo tanto los operadores individuales como las asociaciones de operadores a nivel sectorial, supervisados por las autoridades competentes. Presupone la comprensión de los diferentes grupos de usuarios relevantes para el contexto y sus necesidades, así como la disponibilidad de políticas u orientaciones pertinentes. Debe apoyarse en un diálogo continuo entre las autoridades, los operadores de transporte y los representantes de los usuarios, con el fin de elevar los niveles de preparación ante las crisis y de resistencia de todos los usuarios, e incluir métodos adecuados para comunicar las medidas pertinentes a los diferentes usuarios.
Otra recomendación apunta a la priorización de posibles acciones a escala de la UE basadas en el valor añadido y los costes/beneficios: El papel de la Comisión Europea en este proceso debería consistir en examinar la legislación europea aplicable para garantizar el cumplimiento de las normas vigentes sobre planes de contingencia que tengan en cuenta las necesidades de los distintos usuarios del transporte. Además, cuando se elabore nueva legislación, la Comisión debería garantizar que incluya planes de contingencia para las necesidades de todos los usuarios.

