En principio, la idea era aportar información sobre la incidencia de esta medida en la actividad de las cisternas, pero como era lógico prever, se amplió el arco a todo el Transporte en su conjunto.
Y quedaron claros dos conceptos: por un lado, que tanto el Mitma como el CNTC, como representante del Sector, están de acuerdo en lo más básico. De hecho, tienen elaborado un borrador con el cómo y el cuándo se podría implementar esta revisión de pesos y dimensiones, a la que los transportistas se oponían inicialmente, pero que fue una de sus concesiones para poder firmar los beneficiosos Acuerdos con el Gobierno de diciembre de 2021.
El problema es que, sin Gobierno, no se puede seguir adelante con el proceso. Algo que, tarde o temprano, se solucionará. Si triunfa la continuidad, no habrá contratiempos para su tramitación. En caso contrario, al menos el nuevo Ejecutivo entrante tendrá un documento muy avanzado para trabajar, con el beneplácito sectorial.
Acuerdo sobre el coste
El segundo concepto, más sorprendente, es que los cargadores están dispuestos a abonar el justo precio por el transporte de cuatro toneladas más por cada viaje. Al menos, los dos presentes en la mesa, de distintos sectores.
Si eso es así, el camino hacia las 44 toneladas se allana. Es cierto que la suspicacia sectorial no se ha evaporado, porque han sido muchas las ocasiones anteriores en las que todo parecía ir sobre ruedas, pero a la hora de formalizar los contratos, las posiciones ya no eran tan benévolas. Pero, al menos, parece que existe predisposición entre los grandes clientes del Transporte a asumir lo que les corresponde.
Por tanto, dado que todas las partes están por la labor de entenderse, si no lo han hecho ya, no quedan escollos para que la revisión de masas y dimensiones vea la luz, más pronto que tarde.

