Pero es transición puede generar otras cuestiones a valorar por parte del estudio, como el hecho de que desde el punto de vista del empleo, la transición a los VE es complicada pero importante en el contexto de una transición justa.
Los VE necesitan menos piezas y menos mantenimiento que los vehículos de combustión interna. Según el fabricante alemán Bosch, el montaje de un motor eléctrico requiere 10 veces menos mano de obra que el de un motor diésel. Hay pruebas de que la electrificación generará importantes cambios en las áreas de fabricación, especialmente en los componentes, de los cuales se necesitan menos en una cadena cinemática eléctrica que un sistema de propulsión convencional.
Sin embargo, la fabricación y el despliegue en su conjunto ofrecen una imagen ligeramente distinta. Un estudio reciente estima que la fabricación de híbridos enchufables supondría un aumento neto de 43.000 puestos de trabajo en el sector del automóvil en Europa hasta 2030, aunque el sector comenzaría a perder puestos de trabajo a partir de 2035, mientras que el empleo se dispararía en el sector de los equipos eléctricos y el hidrógeno para los vehículos de ambas propulsiones.
Infraestructuras, a tener en cuenta
Otro análisis estima que los nuevos puestos de trabajo en la construcción de infraestructuras eléctricas y el empleo estable en la fabricación de automóviles compensarían las pérdidas de empleo en la reparación de vehículos, lo que llevaría a un aumento neto de unos 300.000 nuevos puestos de trabajo en el suministro de electricidad y combustible en Estados Unidos para 2035 con una transición a los vehículos eléctricos.
En cualquier caso, la transición de los trabajadores de la fabricación de automóviles y la fabricación de componentes a los sectores en crecimiento, como los equipos eléctricos y el hidrógeno, requeriría reciclaje y apoyo económico para dichos trabajadores.
Sin embargo, hay muchos puestos de trabajo por crear en otras partes del sistema de transporte, como la construcción y el mantenimiento de infraestructuras de transporte y ciclismo, o la creación de cadenas de suministro de nuevos combustibles para el transporte. Por ejemplo, se calcula que cada millón de dólares gastado en carriles para peatones y bicicletas genera entre ocho y 22 nuevos puestos de trabajo.

