El capítulo sobre el Transporte público reconoce que es la categoría más frecuente entre las intervenciones escalables, abordada por 185 ciudades. Esto no es sorprendente, ya que el transporte público es competencia de las autoridades locales y es vital para el funcionamiento de una ciudad. El transporte público tiene el potencial de atraer la demanda de los pasajeros de automóviles y también (en muchas ciudades donde se utilizan autobuses convencionales) es en sí mismo un sector en el que se pueden reducir las emisiones.
Se pueden identificar tres grupos principales de ciudades: las que exploran formas de mejorar el atractivo de los servicios de transporte público, las que se centran en hacer más ecológicas las flotas de transporte público y las que combinan ambos enfoques.
Ampliar/mejorar los servicios de transporte público
El grupo más numeroso de ciudades, 81, identificó la ampliación y/o mejora de los servicios de transporte público como una intervención que puede ampliarse de aquí a 2030 hacia la neutralidad climática. Este grupo es heterogéneo e incluye ciudades de diferentes tamaños y una amplia gama de niveles de servicio de transporte público existentes.
Las ciudades más grandes tienden a explorar soluciones basadas en mejoras del metro, el tren ligero o el tranvía, con el objetivo de conseguir sistemas de transporte público de gran capacidad que puedan sustituir al coche privado. En algunos casos, la red de transporte público ya está muy desarrollada y es densa, pero la ampliación de la cobertura o la mejora de la accesibilidad pueden contribuir a aumentar la cuota modal. El concepto de BRT (Bus Rapid Transit) también se menciona con frecuencia, y al menos 10 ciudades lo identifican como una solución escalable. La innovación en el tipo de servicio se observa también en relación con los servicios a la demanda, incluidos los sistemas que responden a la demanda.
Los modos terrestres no son la única opción explorada; al menos dos ciudades están planificando sistemas de transporte público lacustre utilizando transbordadores rápidos de cero emisiones. Dado que la mayoría de estas intervenciones se encuentran todavía en fase piloto o de aplicación a pequeña escala, pocas ciudades han expresado objetivos concretos para su ampliación. Dependiendo del tamaño de la ciudad y de la escala de la mejora del sistema de transporte, las necesidades de inversión pueden ser de una magnitud considerable.
Ecologización de las flotas de transporte público
El segundo gran grupo de intervenciones escalables que abordan el transporte público a través de la mejora del rendimiento medioambiental de la flota incluye 76 ciudades. Aunque la electrificación es la principal opción considerada (42 ciudades), es interesante que muchas ciudades dejen abierta la elección tecnológica o hayan optado por otras tecnologías alternativas.
Cuatro ciudades están explorando la adopción más amplia del biogás para el transporte público, mientras que también hay un caso de exploración del hidrógeno como alternativa emergente. Sin embargo, es más frecuente que las ciudades exploren más de una alternativa. Nueve ciudades están probando la electrificación combinada con iniciativas de hidrógeno, cinco ciudades la electrificación combinada con biogás, y una pretende combinar las tres. Por otro lado, hay 14 ciudades que, aunque exploran cómo ecologizar su sistema de transporte público, no especifican la tecnología a aplicar.
Combinación de enfoques
Un número considerable de ciudades, 26, optan por ambos enfoques simultáneamente, ampliando los servicios y mejorando la huella medioambiental del sistema de transporte público al mismo tiempo. También en este caso hay varias combinaciones de mejoras y tecnologías alternativas. 16 ciudades ampliarán los servicios y aspirarán a la electrificación del sistema, mientras que 10 ciudades también consideran el hidrógeno y/o el biogás.

