Para determinar el impacto de un CCF (factor de corrección del carbono), se cuantifica la pérdida en la reducción de emisiones que podría causar un mecanismo CCF en las normas de CO2 para vehículos pesados, en relación con la propuesta original de la Comisión Europea de revisar las normas de CO2.
Para ello, el estudio proyecta las emisiones de CO2 del tubo de escape en el sector de los vehículos pesados utilizando el modelo Roadmap del ICCT en tres escenarios:
- Normas actuales: Las normas actuales de CO2, que incluyen una reducción del 15% para 2025 y del 30% para 2030.
- Normas propuestas: Las normas propuestas por la Comisión Europea, que incluyen una reducción del 45% para 2030, del 65% para 2035 y del 90% para 2040.
- Normas propuestas que incluyen el CCF: Las normas propuestas por la Comisión Europea con la inclusión de un CCF de acuerdo con la propuesta del comité ENVI.
Desagregamos el sector de los vehículos pesados en cada grupo VECTO, asumimos una eficiencia constante para cada categoría regulada y suponemos una curva S de adopción de vehículos de emisiones cero para cumplir las normas. Así, al incluir el CCF, aplicamos la misma metodología pero reducimos las emisiones de cada vehículo regulado en función de su tipo de combustible por los valores presentados en la Tabla 1, explican los autores.
Descensos considerables
La proporción resultante de vehículos de emisiones cero necesarios para cumplir las normas se presenta en la Figura 3. En total, el CCF podría corresponder a aproximadamente 300.000 vehículos pesados eléctricos menos vendidos entre 2020 y 2030, y 1,3 millones menos entre 2020 y 2050, en comparación con las normas propuestas. El CCF podría reducir la cuota de camiones y furgonetas de emisiones cero hasta en siete puntos porcentuales cada año entre 2025 y 2040.

