Además de la propia movilidad y su vocación sostenible, el único factor que une negocios y formas de desplazarse y experiencias tan diferentes son los servicios financieros. Es decir, la necesidad de usar soluciones de pago y/o financiación para adquirir estos servicios de movilidad. La integración de estos servicios financieros permite ofrecer a los clientes soluciones financieras sincronizadas con sus variables necesidades de movilidad. Integrar los servicios en sus marcas utilizando un proveedor bancario y tecnológico permite además a las empresas premiar e incentivar la utilización de los servicios de movilidad de acuerdo con sus objetivos, desarrollando una oferta mucho más personalizada y dirigida a las necesidades de cada cliente. Son las llamadas finanzas embebidas, integradas o, en el caso de aquellos servicios financieros que únicamente pueden prestar los bancos y las otras entidades de crédito, Banking-as-a-Service (BaaS).
De hecho, las finanzas integradas son ya una realidad existente y al alza: se espera que el sector crezca en Europa cada año un 21,4% hasta 2029. Y, precisamente, según el estudio realizado por Solaris, el sector de la movilidad es uno de los que cuenta con mayor potencial para integrar servicios bancarios sin fricciones y bajo las propias marcas de las empresas que operan en el sector.
Abiertos a utilizar estos servicios
Según McKinsey, en el Espacio Económico Europeo y el Reino Unido, el sector Banking-as-a-Service podría alcanzar unos ingresos entre 90.000 y 105.000 millones de euros en 2030. En cuanto al sector de la movilidad, la previsión indica que solamente el sector de micromovilidad supere los 400.000 millones de euros en 2030 y los de movilidad compartida alcancen los tres trillones en el mundo. Este crecimiento tan significativo se basa en una clara inclinación de los consumidores por los servicios de movilidad sostenible y por los productos financieros ofrecidos dentro de la marca de empresas no reguladas desde el punto de vista financiero.
España es precisamente el segundo mercado en Europa con mayor potencial para la adopción de finanzas integradas debido a la elevada digitalización de nuestro mercado y la mayor inclinación de los consumidores a financiar las compras de bienes y servicios. Más del 50% de los españoles están dispuestos a utilizar al menos un producto o servicio financiero integrado en empresas de movilidad.
En general, son los jóvenes de entre 18 y 24 años los que tienen mayor predisposición a utilizar este tipo de servicios financieros integrados (un 54%), aunque los mayores de 55 años se imponen a los primeros en el caso de la financiación de la adquisición de vehículo propio (un 53%).

