Así lo entienden en McKinsey, como conclusión de un análisis de las estrategias de comercialización de vehículos profesionales, las cuales deberían ser implementadas a la mayor brevedad por varias razones.
La primera de ellas es el cambio a sistemas de propulsión alternativos, que abre una oportunidad única para que los fabricantes de equipos originales introduzcan nuevos modelos de comercialización, ya que pueden hacerlo gradualmente, lo que les permite aprender y adaptarse sobre la marcha.
La norma obliga a la llegada de vehículos sin emisiones, que se venden de forma distinta
El proceso de transformación de los vehículos a estos sistemas de propulsión alternativos es una obligación normativa, por lo que no admite debate, sin contar con que hay países (como Estados Unidos o China) que están impulsando el cambio por la vía de jugosas subvenciones.
Por ello, la penetración mundial de los vehículos sin emisiones será mayor en el segmento de los vehículos comerciales ligeros, donde representarán alrededor del 40% del volumen de ventas en 2030. Se espera que los segmentos de Medio y Pesado alcancen una cuota de aproximadamente el 25% y el 15%, respectivamente, a finales de la década.
Cada vez más actores
Además, el número de fabricantes activos en el Sector irá en aumento, y traerán consigo nuevos modelos de comercialización para diferenciarse de los tradicionales. En los últimos 24 meses, más de una docena de nuevas empresas se han incorporado al sector de los vehículos profesionales en distintos segmentos, como Arrival, BrightDrop y Rivian, los cuales, al no contar con sistemas heredados, están abriendo camino a nuevos modelos de venta, valor añadido y modelos de negocio.
Esto se traduce, además de unos beneficios financieros que incluyen la reducción de los costes de distribución y la gestión profesional de los ingresos, una experiencia omnicanal sin fisuras para los clientes, que cambiará las reglas del juego porque obligará a los tradicionales a ir adaptando sus modelos a los nuevos tiempos.

