Y ya no hay vuelta de hoja. Estas son las reglas del juego que, obligatoriamente, se deben cumplir por parte de los fabricantes a nivel europeo.
Estas son las reglas del juego que, obligatoriamente, se deben cumplir por parte de los fabricantes
Las negociaciones entre Acea y los fabricantes (algunos de manera bilateral) con la Administración europea han dado este resultado, que a buen seguro no satisface a todas las partes, pero que marca el camino a seguir a partir de ahora. Por lo tanto, elimina una de las incógnitas de tan complicada ecuación: la incertidumbre.
Cualquier fabricante europeo sabe a qué atenerse, le guste más o menos. Sus portavoces en Acea consideran que el plazo para adaptarse a estas exigencias no es suficiente, pero su plazo de alegaciones ha expirado y ya sólo les queda trabajar para cumplir el objetivo, que está bastante cerca. De no cumplirlo, se anuncian multas millonarias, aunque existe el convencimiento generalizado de que se podría levantar la mano en este sentido. Ciertamente, la exigencia es tremenda y requiere unas inversiones de la misma índole.
¿En qué se traduce todo esto?
Pues en que los vehículos de cero emisiones van a tener que incrementar su presencia en las carreteras. Y no queda otra. Por tanto, la oferta crecerá, las fábricas elevarán su cuota de producción y, finalmente, el cliente tendrá que comprarlos. Incluso, como denuncian desde la IRU, si no son la solución idónea para determinadas operaciones. Llegará un momento en que dará lo mismo, y la oferta marcará el paso de la demanda (cuando lo lógico es lo contrario).
Un escenario nuevo al que todas las partes deben adaptarse cuanto antes, porque el tiempo apremia y es de suponer que las leyes están para cumplirse. Eso no es óbice para que, en algún momento, se pueda abordar una revisión de las mismas

