El organismo recuerda que la pandemia llevó a los gobiernos de todo el mundo a introducir cuarentenas y restricciones en los viajes y desplazamientos entre 2020 y 2022. Estas acciones afectaron profundamente al Sector del transporte mundial, que sin embargo se ha recuperado más rápido de lo esperado. Las respuestas políticas también han evolucionado.
La guerra de Ucrania truncó la recuperación posterior a la pandemia
Es cierto que determinadas medidas, como las restricciones a los desplazamientos, han finalizado, pero también hay otras, como la inversión en desplazamientos activos, se han generalizado en varias regiones. Sin embargo, en 2022, justo cuando la recuperación post-Covid cobraba impulso, la guerra de Ucrania trajo consigo una destrucción y un sufrimiento humano incalculables.
La guerra ha conllevado una crisis energética y de perturbaciones generalizadas en la cadena de suministro. Estos sucesos crean nuevas incertidumbres para los usuarios y proveedores de transporte de todo el mundo, y sus efectos siguen manifestándose en la actualidad. Las tendencias del producto interior bruto (PIB) mundial, los cambios en los patrones comerciales y la volatilidad de los precios de la energía ofrecen pistas sobre el impacto potencial de los acontecimientos actuales en la demanda de transporte, ya que el PIB influye tanto en el transporte de mercancías como en el de pasajeros.
Patrones y demanda
Las fluctuaciones de los precios de la energía afectan al comportamiento de viaje, aunque algunas complicaciones acompañan a la recuperación. Es cierto que los viajes de pasajeros están en auge ahora que han terminado las restricciones a la circulación, y que nuevas rutas comerciales han sustituido a las cerradas por la guerra y las sanciones. Pero el Sector del transporte sigue dependiendo en gran medida de los combustibles fósiles. Y esto sigue haciéndolo especialmente vulnerable a la variabilidad de los precios de la energía.
La sostenibilidad futura del Sector del transporte depende, en gran medida, de su respuesta a la crisis estructural creada por el calentamiento global. La población y la economía crecerán en los próximos años, lo que significa que la demanda de mercancías y pasajeros también aumentará.
Por eso, ITF expresa que los compromisos actuales para reducir las emisiones de carbono son insuficientes. La magnitud del reto de la descarbonización es enorme. La cooperación internacional para alcanzar los objetivos de descarbonización avanza, pero debe acelerarse. La cuestión de la equidad en el cumplimiento de los objetivos climáticos se hace aún más urgente en este contexto. Para muchos gobiernos.

