Y, en esta dirección, se antoja que las asociaciones estratégicas serán clave. Casi todos los encuestados (96%) consideran que son cruciales para el desarrollo de los vehículos autónomos, y más de la mitad (56%) cree que la relación entre los fabricantes de equipos originales y los usuarios finales (como los transportistas logísticos) ya está cambiando.
Desde McKinsey se añade que las mencionadas asociaciones podrían ayudar a los agentes a abordar múltiples problemas y a prepararse para el crecimiento futuro. La colaboración del Sector será fundamental para reducir el riesgo de las inversiones y crear la infraestructura necesaria para construir, operar y mantener vehículos autónomos a gran escala, al tiempo que hará posible seguir innovando en nuevas ofertas.
Necesitaremos formación
Pero las asociaciones no serán suficiente, y por lo que se espera una labor formativa hacia los consumidores sobre los vehículos autónomos, incluyendo sus beneficios y responsabilidades. Los agentes del sector de los vehículos autónomos tendrán que navegar por las nuevas normativas a nivel local, estatal y nacional para garantizar que su evolución en el mercado se realice a tiempo y cumpliendo plenamente la normativa.
Finalmente y por encima de todo, McKinsey concluye que los agentes del sector pueden generar confianza entre las partes interesadas cumpliendo la promesa de autonomía: mayor seguridad, productividad, accesibilidad y equidad para todos.

