En esta línea, también les parece un error volver a la carga con el mismo proyecto de ley que vio interrumpida su tramitación parlamentaria el año pasado, sin cambios ni mejoras, carente de ambición climática, con la intención de hacerlo a toda prisa, por la vía de urgencia.
El día de la marmota
Incluso llegan a comparar todo esto con el día de la marmota, a pesar de que el texto que ahora se quiere aprobar recibió 975 enmiendas en su primera visita al Congreso de los Diputados.
El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible parece ser ajeno a la creciente gravedad del cambio climático y a su propia nomenclatura. Ha decidido volver al punto de partida inicial, presentando exactamente el mismo proyecto de ley que ya suscitó un fuerte rechazo en la legislatura pasada, afirman desde el compendio de organizaciones, entre las que se encuentra Ecologistas en Acción.
Curiosamente, este mismo discurso fue enarbolado por las mismas 14 entidades el pasado mes de junio, coincidiendo con la convocatoria de elecciones generales y, por tanto, con el parón en el proceso de aprobación de la Ley.
La Ley, más que necesaria, admite cierto margen de mejora
Sin embargo, y aunque son muchas las propuestas que manejan para mejorar la ley, las cuales podrán ser presentadas durante su tramitación, existe otro dato relevante, que en esta ocasión no procede de las mismas fuentes.
El Foro de Movilidad de Alphabet, compañía de gestión de flotas y movilidad corporativa del Grupo BMW, afirma que el 83% de los españoles respalda esta nueva Ley.
Por lo tanto, ¿cuál es la afirmación más correcta? Seguramente un punto medio entre las dos. La Ley de Movilidad Sostenible es más que necesaria, y seguro que eso encontramos la práctica unanimidad de las opiniones, lo cual no quiere decir que tenga cierto margen de mejora. Para eso están establecidos los plazos parlamentarios. Es el momento de conseguir, entre todos, que la norma sea la mejor posible para el planeta, la economía, los ciudadanos y las empresas.

