La normativa debe ser más estricta
En Traton preocupa que la visión paneuropea no se haga realidad con la suficiente rapidez. La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (Acea), por ejemplo, ha publicado un documento de posición en el que expresa su «grave preocupación» por la «falta de ambición» del reglamento actual. Otras partes interesadas se refieren a un «punto de partida prometedor» que aún necesita «reforzarse». «Como complemento a la ampliación de la infraestructura de recarga para coches eléctricos, deberían instalarse también cargadores de megavatios para camiones», afirma Catharina Modahl Nilsson, CTO del Grupo Traton.
Una consideración especialmente importante es la infraestructura de carga en los corredores de transporte transeuropeos, una red de carreteras que abarca miles de kilómetros y se extiende desde Escandinavia hasta el Mediterráneo y desde el Atlántico hasta los Balcanes. Aquí es donde hay que reducir los intervalos previstos entre los distintos puntos de recarga. Una distancia ideal es de 20 a 30 kilómetros. En otras rutas de larga distancia menos transitadas, un intervalo de 50 kilómetros será suficiente. La potencia de cada estación de carga para camiones debería alcanzar entre cinco y 10 megavatios durante la presente década.
Aclarando términos, en Traton se considera que corresponde a los gobiernos proporcionar las subvenciones necesarias para una infraestructura de recarga que responda a las necesidades de la industria y ponerla en marcha, porque los fabricantes están llamados, en última instancia, a lograr una enorme reducción de las emisiones de CO₂ de sus flotas. Para ponerlo en perspectiva, una estimación conservadora del Instituto Fraunhofer de Investigación de Sistemas e Innovación (ISI) muestra que necesitamos al menos 4.000 puntos de recarga de alto rendimiento en unos 1.700 lugares de todo el continente para 2030. Esta cifra se basa únicamente en el programa obligatorio para reducir las emisiones de CO₂. La presión sobre los márgenes en el mercado podría aumentar la exigencia de forma significativa.
El tramo de 500 kilómetros de la A2 entre Berlín y Dortmund no sólo es una de las principales rutas de la industria logística europea, sino también un laboratorio del futuro. Es aquí donde el proyecto de carga de alto rendimiento (HoLa), de carácter intersectorial, está instalando y haciendo funcionar dos puntos de carga rápida en cada uno de los cuatro lugares en condiciones reales. La prueba consiste en adquirir conocimientos. El objetivo es «integrar los lugares adecuados para los camiones eléctricos en los procesos logísticos en una fase temprana y obtener experiencia en el uso de los innovadores puntos de carga rápida para los camiones», concluye Patrick Plötz, del Fraunhofer ISI, que dirige el proyecto HoLa.

