«Integralia se crea en 1999, bajo la consigna de ser una empresa familiar, y desde entonces ha estado en constante crecimiento. Aun así, los acontecimientos de 2021 han afectado nuestra manera de afrontar el año, poniendo el foco en mantener los puestos de trabajo y asegurarnos de que nuestros empleados se viesen impactados en la menor medida posible. En la misma línea, las cifras de cierre han ido en concordancia con la situación económica mundial que se ha vivido», indican desde la compañía.
«Si bien esperábamos una situación más estable con la llegada de 2022, parece ser que nos tocará ser precavidos de nuevo. Nos enfrentamos a una coyuntura global delicada, marcada por la prolongación de la pandemia, la escasez de recursos y una guerra, lo cual nos obliga a ser muy cautos en cuanto a previsiones. Pese a ello, Integralia sigue ofreciendo una selecta gama de productos, con todos los beneficios adicionales de la empresa, como el IBBC o la extensión de garantía, todo por supuesto, bajo un prisma innovador».
Grandes cambios
En cuanto al futuro de la industria, es predecible que haya novedades respecto a maneras de trabajar, colaboraciones y procesos, dado que el mercado está experimentado grandes cambios. Nosotros, como siempre, nos adaptaremos a cualquier disrupción para seguir ofreciendo a nuestros clientes lo que venimos haciendo desde hace 20 años: calidad, innovación y seguridad.
Estos tres ejes son los que nos han permitido, desde hace mucho tiempo, crecer y posicionarnos como una empresa internacional. La presencia en los mercados extranjeros es fundamental en un mundo globalizado, y por ello Integralia es y seguirá siendo transnacional.
Para finalizar, y en referencia de nuevo a la incertidumbre que marca las pautas este año, Ascabus (Asociación Nacional de Fabricantes de Carrocerías de Autobuses), ha decidido por unanimidad que ninguno de sus miembros acuda a la próxima edición de FIAA, ya que la situación es compleja y se presentan tiempos difíciles».
