¿Considera que no se habla lo suficiente del recauchutado?
Es un tema muy importante para el grupo, más aún por lo que contribuye a la sostenibilidad que mencionaba. Se habla menos porque ya forma parte del proceso y de la profesionalidad del cliente. Además, hubo una tendencia por culpa de la crisis hacia la compra de neumáticos más baratos, que no se podían recauchutar. Algo que me parece una herejía, siendo claro. Un Remix con 20 kg de material hace más kilómetros que uno de esos otros productos con 60 kg. Por eso, seguimos insistiendo en la necesidad de que los productos sean reesculturables y recauchutables: el concepto de varias vidas en los neumáticos para camiones, autobuses y autocares no va a cambiar en nuestra estrategia. Creo que la tendencia indica un crecimiento en el Remix, y esperamos que siga así, por sus beneficios para el entorno. En la actualidad, tenemos más demanda de neumáticos recauchutados que la que podemos atender con las carcasas Michelin que recogemos.
Las últimas inversiones del Grupo se han dirigido más hacia empresas digitales y de tecnología que a la capacidad de fabricación
Otro aspecto esencial es el de la conectividad.
La conectividad es clave. Adquiere más peso cada día, y dentro de un vehículo, uno de los elementos que todavía no comunica lo suficiente es el neumático. Por eso, estamos dedicando muchos esfuerzos al respecto. Hoy, el 90% de nuestros neumáticos de camión y autobús ya cuentan con RFID, lo que constituye el primer paso. Las últimas inversiones del Grupo se han dirigido más hacia empresas digitales y de tecnología que a la capacidad de fabricación. El futuro no pasará por vender solamente neumáticos, sino por vender movilidad, la cual va a derivar de todos los datos que podamos extraer. Con Michelin Connected Fleet estamos iniciando ese camino. El neumático podrá, dentro de poco y por sí mismo, enviar datos de todo lo que sucede en el vehículo. Analizar e interpretar esos datos de la manera correcta será el valor añadido y la clave del éxito en un futuro no muy lejano, porque permitirá darle a cada cliente la solución que necesite.
¿En qué dirección investigan al respecto a nuevos compuestos?
Nos centramos en materiales reutilizados y de origen vegetal. Ningún desarrollo cuenta ya con materias fósiles, como es lógico. Un ejemplo es el neumático sin aire, que se aprovecha de la impresión 3D, un concepto muy diferente que podría llegar al mundo de los turismos y a las pequeñas maquinarias de construcción. Quizá tarde más en llegar al vehículo industrial, por una cuestión de cargas, pero si tuviera que apostar, lo haría a que llegará, aunque no puedo decir cuándo.
El futuro no pasará por vender solamente neumáticos, sino por vender movilidad
¿Cómo se están adaptando las plantas nacionales a la incertidumbre económica?
Están sufriendo el impacto de la subida de los costes, como todos. Tuvimos algunos problemas de abastecimiento al comienzo del conflicto en Ucrania, pero nuestro departamento de Compras reaccionó de forma ejemplar y hoy no tenemos desajustes en este sentido. Las plantas se adaptan, al igual que el producto y los procesos, a las propulsiones alternativas. Trabajamos de la mano de los fabricantes para desarrollar estos neumáticos, tratando de que reduzcan el consumo de energía de las baterías (incrementando así su autonomía). Es posible que, en el futuro, las dimensiones sean diferentes a las que conocemos hoy, abandonando las 14 y 15. Todo ello, siempre en función de la demanda y de la evolución de los vehículos. En Aranda, por otro lado, el trabajo no se está centrando tanto en las dimensiones, sino en la tecnología de nuevas carcasas, compuestos y los moldes que permiten alargar la vida de los neumáticos de camión.
Por último, ¿cuál es su previsión para el corto y medio plazo?
Si analizamos las cifras, 2021 fue año récord en toneladas/km, y no veo ninguna razón para que se invierta la tendencia. Hay riesgos, como la falta de conductores (algo de muy difícil solución) o la diferencia de costes respecto a otros países, pero el Sector español es muy productivo y ha alcanzado un grado de madurez suficiente para ser capaz de trasladar a sus clientes esos incrementos de costes, algo esencial para que mantengan sus márgenes y puedan seguir invirtiendo. La dinámica del Transporte español es buena y eso nos da mucha confianza.
