La Comisión propuso esta medida el 22 de noviembre, hace menos de un mes. Se trata de un instrumento para evitar episodios de precios excesivos del gas que no reflejen los precios del mercado mundial.
Así ocurrió, por ejemplo, en agosto de este año, cuando los precios del gas se dispararon a más de 300 euros por megavatio/hora. Unos precios del gas altos y extremadamente volátiles son perjudiciales para nuestra economía, para nuestros hogares y nuestras empresas.
El objetivo de este mecanismo es eliminar la prima de guerra, el recargo respecto a los precios mundiales del GNL, que Europa paga debido a la forma en que se forman los precios en el mercado TTF. Con este mecanismo, Europa estará mejor preparada para la próxima temporada de invierno y para una nueva ronda de llenado de los almacenamientos, que será más difícil de lo que ha sido este año.
Han sido necesarias muchas negociaciones intensas y debates francos entre los Estados miembros para llegar a un entendimiento común sobre cómo puede funcionar eficazmente un mecanismo de corrección del mercado y sobre cómo pueden minimizarse los riesgos para la estabilidad financiera y la seguridad del suministro.
El mecanismo adoptado hoy tiene un nivel de activación inferior al de la propuesta inicial de la Comisión, pero el texto mantiene las características esenciales de un instrumento de corrección del mercado, tal como propusimos, y viene acompañado de un conjunto más sólido de salvaguardias.
Beneficios y riesgos
La Comisión siempre ha tenido muy claro que este mecanismo aporta beneficios, pero conlleva riesgos. Y se han incluido salvaguardias adicionales en relación con la atracción de suministros de GNL, la liquidez de los mercados financieros y el consumo de gas. En concreto, contamos con disposiciones más estrictas en caso de que se produzca un aumento significativo de los márgenes de garantía, una disminución de las transacciones de derivados o un desplazamiento de las transacciones fuera de la UE.
Hemos acordado que antes de la entrada en vigor del mecanismo el 15 de febrero, la ACER y la AEVM presentarán un informe de datos, para informar sobre posibles efectos adversos. La Comisión está dispuesta a suspender la activación del mecanismo, si un análisis del BCE, la AEVM y la ACER muestra que los riesgos superan a los beneficios.
También tenemos salvaguardias concretas para abordar las cuestiones planteadas por los participantes en el mercado en relación con el funcionamiento del mercado de derivados energéticos. Si se produce un aumento significativo de las peticiones de márgenes, o una disminución de las transacciones TTF, se suspenderá el mecanismo. También hay una cláusula que excluye del ámbito de aplicación del reglamento los contratos de derivados celebrados antes de su entrada en vigor, para facilitar una transición ordenada.
Me alegro de que hayamos podido alcanzar la mayoría más amplia posible sobre el texto. El acuerdo de hoy indica claramente que Europa no está dispuesta a pagar cualquier precio por el gas y que es capaz de actuar unida para garantizar su seguridad energética.

