Antes de empezar, es importante recordar lo que es el paso de hoy, pero también lo que no es. Lo que estamos haciendo es proponer un análisis sólido de lo que podría ser una buena senda hacia 2040. Hoy es, si se quiere, el inicio del diálogo.
El objetivo para 2040 debe ser una reducción del 90% de las emisiones
Con los ciudadanos. Con los Parlamentos. Con los sindicatos. Con los representantes políticos a escala europea, pero también a escala local, nacional y regional. Esto es lo que está haciendo esta Comisión. Después, la decisión de presentar una propuesta legislativa corresponde a la próxima Comisión.
Dicho esto, basándonos en los mejores datos científicos disponibles y en una evaluación de impacto detallada, recomendamos que el objetivo para 2040 sea una reducción del 90% de las emisiones.
Para ello, debemos añadir una lista específica de requisitos previos que se exponen muy claramente en la Comunicación.
¿Por qué ahora?
En primer lugar, y tal vez a riesgo de repetirme, porque los argumentos a favor de la acción climática están fuera de toda duda y exigen una planificación ya. Acabamos de vivir el año más caluroso jamás registrado. Vemos, y de hecho nuestros ciudadanos ven en todos nuestros Estados miembros, lo que el cambio climático está haciendo en términos de sequías, en términos de inundaciones. El planeta se está calentando y afecta a todas nuestras vidas.
Y también vemos lo que esto conlleva: es un coste elevado y creciente en términos de economía. Por tanto, la inacción sería mucho más costosa.
También hay otra razón por la que proponemos una trayectoria para la década entre 2030 y 2040: Seguiremos ofreciendo a nuestra industria, a nuestras empresas, pequeñas y grandes, a nuestras instituciones financieras, lo que realmente demandan en cada conversación que mantenemos con ellas: claridad y previsibilidad para las inversiones.
Vinculado a esto, y es algo que no puedo dejar de subrayar, es absolutamente esencial que trabajemos más para permitirles, a nuestras empresas, pero también a nuestros ciudadanos, llegar juntos a su destino.
Trabajamos por una transición justa, de igualdad de condiciones
Es de suma importancia que, cuando avancemos, nos aseguremos de que nos sostenemos firmemente sobre dos patas: Una pata es la acción por el clima y la otra pata, con la que tenemos que enlazar, con la que tenemos que casar la acción climática, incluso más que antes, es la pata de la transición justa, de la competitividad, de la igualdad de condiciones.
Y asegurarnos de que esta transición pueda ser vivida por todos y cada uno de nuestros Estados miembros. Estoy absolutamente convencido de que, si lo conseguimos, tendremos éxito. No podemos tener una cosa sin la otra.

