Sin duda, saben que el enfoque de la Comisión Europea es neutral desde el punto de vista tecnológico. Sólo nos interesa el resultado, que debe ser una reducción del 90% de las emisiones del transporte para 2050.
Sin embargo, en este sentido, las tecnologías del hidrógeno han demostrado ser maduras y escalables. Y para verlas desplegadas en el mercado, necesitamos crear marcos que no sólo sean amplios e inclusivos, sino también receptivos. Marcos que puedan adaptarse al cambio y al crecimiento. ¿Y cómo se hace eso en términos políticos y legislativos? No es una tarea fácil ya que, al fin y al cabo, estamos regulando el futuro.
Regulando el futuro
Fijar objetivos claros e incuestionables, como el que he mencionado, es lo más importante. Por un lado, explicitan el bien común al que aspiramos. Por otro, recordarlos proporciona claridad para que los mercados se desarrollen.
Para 2050, esperamos que el hidrógeno represente alrededor del 20% de la combinación de combustibles para el transporte, con un 20% adicional de e-combustibles derivados del hidrógeno. Cuando la electrificación es difícil, como en el transporte aéreo o marítimo, el hidrógeno puede ser una solución.
Para 2050, esperamos que el hidrógeno represente alrededor del 20% del mix de combustibles para el Transporte
Pero también lo vemos como un complemento de las tecnologías de baterías eléctricas, sobre todo para el transporte por carretera de larga distancia con hidrógeno. Los primeros camiones comerciales de hidrógeno ya están entrando en el mercado, y se espera que los camiones de larga distancia con pilas de combustible de hidrógeno lleguen a finales de esta década.
Aunque tenemos los vehículos, necesitamos la infraestructura. El año pasado presenté una propuesta de reglamento sobre la infraestructura de los combustibles alternativos, como parte de nuestro paquete Fit for 55. Establece unos objetivos mínimos para las estaciones de repostaje de hidrógeno: una estación cada 150 km a lo largo de la red principal y global de la RTE-T para 2030 y una estación en cada nodo urbano de la RTE-T, o ciudad importante, para la misma fecha.
Se están llevando a cabo negociaciones con las demás instituciones decisorias y espero que podamos llegar a un acuerdo que permita que el hidrógeno sea un motor esencial de la reducción de emisiones en el Sector de los vehículos pesados de larga distancia. Para ello, debemos garantizar el despliegue en toda la UE de estaciones de repostaje de hidrógeno en toda la red de carreteras de la RTE-T.
