Permítanme mencionar cinco lecciones que podemos extraer del informe.
En primer lugar, Europa está hoy mejor preparada y dispone de herramientas de gestión de crisis más sólidas que hace un año.
Sin embargo, seguimos expuestos a las crisis energéticas. Una crisis en Oriente Medio, con unos mercados aún frágiles por los efectos de la guerra rusa, podría tener repercusiones de gran alcance.

Del mismo modo, cualquier incidente en infraestructuras energéticas clave puede afectar rápidamente al sentimiento de unos mercados energéticos muy nerviosos.
Esto significa que debemos proseguir nuestros esfuerzos de diversificación y mantener una postura vigilante, aplicando políticas prudentes.
Mantener la emergencia
Mientras integramos algunas herramientas de respuesta a la crisis en nuestro marco legislativo a largo plazo, deberíamos considerar la posibilidad de mantener los regímenes temporales de emergencia introducidos en 2022. Estos han sido esenciales el año pasado para atravesar la crisis con seguridad. Me refiero a los reglamentos sobre la solidaridad del gas, sobre el mecanismo de corrección del mercado y sobre la autorización de las energías renovables.
En segundo lugar, no debemos perder el impulso de las renovables. Para ello, debemos centrarnos en la aplicación.
Uno de los principales obstáculos para adecuar las redes a un sistema energético descarbonizado es el tiempo necesario para reforzarlas y ampliarlas. Por eso, tras el Paquete Eólico, propondré un Plan de Acción para las redes a finales de este mes. En él se incluirán medidas para hacer frente a los obstáculos, incluidos los de tipo normativo, financiero y de permisos, y garantizar un uso mejor y más inteligente de las redes existentes.
En tercer lugar, los inversores y la industria necesitan ahora claridad sobre la forma en que los Estados miembros traducirán las nuevas metas y objetivos energéticos y climáticos en medidas nacionales concretas, y sobre la financiación pública que puede movilizarse.
La actualización oportuna de los Planes Nacionales de Energía y Clima es clave en este sentido. Hasta la fecha, solo veintiún Estados miembros han presentado los proyectos de planes actualizados, que debían presentarse antes de junio de 2023. Es urgente que los Estados miembros que aún no lo hayan hecho entreguen sus proyectos de planes».
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