Como algunos de ustedes sabrán, estos últimos meses han sido bastante agitados para mí. En agosto me pidieron que asumiera la responsabilidad de supervisar el Pacto Verde Europeo. Es nuestra respuesta a la crisis del cambio climático y la biodiversidad, cuyos efectos son cada vez más evidentes en la vida cotidiana de los europeos.
Pero también es el programa de crecimiento de Europa y está estrechamente vinculado a algunas de las cuestiones que he debatido con muchos de ustedes en el pasado, como las tecnologías de balance neto cero, como las baterías, y las materias primas críticas.
Sabemos con certeza que nuestra descarbonización debe ir de la mano de la reindustrialización y el crecimiento económico sostenible. Tenemos que hacer que nuestra economía y nuestras sociedades sean más sostenibles. Y debe ser una sostenibilidad competitiva, algo que impulse la autonomía estratégica abierta de Europa: nuestra libertad y capacidad para actuar como nos parezca, cuando nos parezca.
Debemos descarbonizarnos
Lo que esto significa en pocas palabras es que sí, debemos descarbonizarnos. Pero esa descarbonización debe ser posible gracias a tecnologías y materiales limpios fabricados aquí, en Europa.
De modo que podamos acelerar la transición hacia la neutralidad climática, garantizando al mismo tiempo que nuestras empresas sigan siendo competitivas en la escena mundial.
Debemos hacerlo sin recurrir al mismo enfoque proteccionista que otros están adoptando. Europa debe seguir y seguirá abierta al comercio. Pero tenemos que garantizar una competencia leal y unas condiciones equitativas, no una carrera a la baja.
Green Deal
El Plan Industrial Green Deal es nuestro camino hacia ese futuro. Está diseñado para mejorar la competitividad de la industria europea de balance cero y situarla en primera línea a medida que aceleramos nuestra transición hacia la neutralidad climática.
También es nuestra respuesta a las políticas industriales cada vez más agresivas de nuestros competidores económicos en todo el mundo.
En el marco del Plan, la Ley de Materias Primas Críticas y la Ley de Industria Neta Cero son medidas sectoriales clave para impulsar la competitividad de Europa.
Nos ayudarán a mejorar la transparencia de la oferta y la demanda, cartografiando las vulnerabilidades para garantizar que podamos mitigar mejor los riesgos de las cadenas de suministro estratégicas.
Y nos ayudarán a superar las dependencias en sectores estratégicos impulsando las capacidades nacionales y reforzando la diversificación a través del comercio y la cooperación con socios fiables.

