Desde que esta Comisión entró en funciones, hemos celebrado muchas reuniones importantes sobre energía, pero ninguna más importante que la de hoy. La guerra de Putin contra Ucrania ha dejado absolutamente claro que tenemos que actuar aún más rápido, para remodelar el sistema energético europeo y acabar cuanto antes con nuestra peligrosa dependencia de los combustibles fósiles rusos.
No es la primera vez que nos enfrentamos a esta verdad en la UE. Después de 2009, cuando Rusia interrumpió los suministros de gas a Ucrania, hemos trabajado duro para diversificar nuestros suministros. Ese año, las importaciones de GNL eran de poco más de 4 bcm al mes. Ahora, son 10 bcm con potencial de crecimiento. Desde 2009, se han puesto en marcha ocho nuevas terminales de GNL en la UE.
Gracias a estos esfuerzos, estamos en una posición mucho mejor que hace cinco o 10 años. Pero aún no estamos donde tenemos que estar. En el ámbito de la energía, las cosas llevan su tiempo y la urgencia de abandonar el gas ruso quizá se haya sentido con más fuerza en algunos Estados miembros que en otros.
Las acciones de Putin han hecho sentir esta urgencia en toda la UE. Todos estamos de acuerdo en que la asequibilidad, la sostenibilidad y la seguridad tienen, en última instancia, la misma respuesta: el Green Deal. Pero compaginar estos tres objetivos no será fácil.
Objetivos del Green Deal
En primer lugar, permítanme hablar de lo que tenemos que hacer ahora. Tenemos que proteger a nuestros ciudadanos y empresas del impacto de unos precios excepcionalmente altos. Los precios de la energía llevan subiendo desde el pasado otoño, agravados por el inusual comportamiento de Gazprom, que mantiene los flujos de gas bajos a pesar de los altos precios. La agresión de Rusia contra Ucrania ha aumentado la presión sobre los precios. Y los mercados también están nerviosos por el riesgo de represalias rusas.
En octubre adoptamos una serie de medidas que ya han sido utilizadas por casi todos los Estados miembros. Pero como la situación ha evolucionado, ya no es suficiente.
En estas circunstancias extraordinarias a las que nos enfrentamos ahora, los Estados miembros pueden regular los precios de la electricidad para los hogares y las microempresas. Esta es una opción que permite el marco de la UE y hoy hemos publicado orientaciones detalladas sobre cómo diseñar estos sistemas.
También pondremos en marcha consultas con los Estados miembros sobre un nuevo marco temporal de crisis para las ayudas estatales, similar al que se introdujo para mitigar el impacto del Covid. Esto podría permitirles compensar a las empresas por parte del aumento de los costes energéticos relacionados con la invasión rusa.
Para poner en marcha estas medidas de apoyo, los Estados miembros necesitan fondos. Algo que pueden considerar es gravar temporalmente los beneficios inesperados creados por los precios excepcionalmente altos de la electricidad. También en este caso, hemos publicado directrices sobre cómo hacerlo.
Los Estados miembros también pueden utilizar los ingresos del RCDE. De enero de 2021 a febrero de 2022, el comercio de emisiones ha generado 30.000 millones de euros para los presupuestos nacionales. Esto puede canalizarse para apoyar a los consumidores en estos tiempos difíciles.
Otra preocupación inmediata es asegurarse de que Europa está preparada para una interrupción del suministro. Hemos evaluado posibles escenarios de interrupción parcial y total de los flujos de gas desde Rusia. Gracias al buen tiempo y al aumento de los suministros de GNL, esperamos estar a salvo este invierno, pero tenemos que prepararnos para el siguiente.
Para ello, es crucial garantizar que nuestro almacenamiento de gas esté lleno cuando comience la próxima temporada de calefacción. En abril propondremos una legislación que exija que el almacenamiento esté lleno al menos en un 90% antes del 1 de octubre de cada año. La propuesta también identificará el almacenamiento de gas como una infraestructura crítica y abordará los riesgos de propiedad.
De cara al futuro, es evidente la necesidad de una política de la UE más coordinada en materia de gas: compra y almacenamiento, y también es importante la diversificación del suministro y la mejora de las infraestructuras, a medida que nos alejamos del gas ruso.
REPowerEU
Esto es lo que haremos en el marco de la iniciativa REPowerEU. Las entregas de GNL a la UE ya han aumentado masivamente, pero hay espacio (y necesidad) para más. Como aún no estamos preparados para renunciar al gas por completo, debemos asegurarnos de que la mayor parte posible proceda de fuentes no rusas.
La otra cara de la moneda es reducir la necesidad de gas fósil en primer lugar, potenciando las alternativas y ahorrando energía. Esto significa más biometano e hidrógeno renovable, más renovación, bombas de calor y paneles solares en los tejados. Significa tomarse en serio el ahorro de energía, que debería convertirse en la contribución de todos para resolver esta crisis actual.
No podemos hablar de una revolución de las energías renovables si conseguir un permiso para construir un parque eólico lleva siete años. Es hora de tratar estos proyectos como si fueran de interés público primordial, porque lo son.
Propondremos que los Estados miembros creen zonas de acceso directo que sean especialmente adecuadas para los proyectos de energías renovables. Publicaremos una recomendación para acelerar la concesión de permisos para proyectos de energías renovables. Y deberíamos estar dispuestos a considerar la posibilidad de cambiar nuestras normas actuales, si nos están frenando.

