Esto incluye proyectos clave de infraestructuras de redes energéticas en todo el mundo, como el desarrollo de redes eléctricas, interconectores y cadenas de suministro de hidrógeno.
Pero quiero hacer dos advertencias importantes, sobre las que tenemos que seguir trabajando juntos.
En primer lugar, nuestro camino hacia la descarbonización debe ser una transición justa. Por lo tanto, el diálogo y un mejor compromiso con los ciudadanos y las partes interesadas siguen siendo esenciales para garantizar la creación de valor añadido local y que se tengan en cuenta todos los intereses y puntos de vista.
Y debemos crear herramientas financieras que hagan las soluciones verdes más accesibles a todos.
La financiación seguirá siendo clave
En segundo lugar, la transición energética requiere mucho capital, lo que supone un reto especialmente en el contexto actual de altos tipos de interés. Así pues, la financiación seguirá siendo una cuestión clave.
En este contexto, me enorgullece que la UE (con el BEI y los Estados miembros) siga siendo el mayor contribuyente a la financiación pública de la lucha contra el cambio climático a escala mundial.
Pero debemos trabajar por la reforma de los Bancos Multilaterales de Desarrollo y complementar cada vez más la financiación pública con iniciativas privadas. Por eso estamos trabajando intensamente en la financiación sostenible. Y por ello me complace que el presidente del BEI y otros actores clave estén hoy aquí para que podamos seguir debatiendo esta cuestión.

